En fechas recientes, el secretario general del otro sindicato, Francisco de la Rosa, me insultó de manera directa, intentando enmascararlo con el matiz literario que lo caracteriza, en esta ocasión citando al Quijote, deleitando a esa minoría con la que él cohabita, muy alejada de las posturas de los trabajadores y trabajadoras.
A la UGT Albacete, con más 120 años de historia, se nos insulta, por parte de Comisiones Obreras, tanto si firmamos, como si no firmamos acuerdos y convenios (hay que recordar el convenio de Comercio de Albacete) y alteramos su intención de hegemonía sindical. A UGT se le debe un respeto, que no implica compartir puntos de vista. Esta cuestión se le olvida a De la Rosa, que insulta a quien no comparte sus dictados (el tema era, esta vez, el convenio de Transportes que su sindicato firmó uniéndose a las tesis de la Federación de Empresarios de Albacete, caracterizadas por su visión progresista y en defensa de los intereses de los trabajadores).
Cabe preguntarse quiénes son los amigos del otro sindicato, los trabajadores o FEDA, a juzgar por a quién dirige los insultos y, sobre todo, qué cosas firma: un convenio de Transportes anclado en normativa de hace años, sin incrementos salariales, sin mejoras sociales ni adecuación legal: uno de los peores convenios de Castilla-La Mancha.
Lejos de reconocerlo y mantener la postura que inicialmente compartía con UGT (recordatorio: los representantes de los trabajadores), no me insulta a mí, insulta a UGT porque no firma lo que ellos quieren. Cabe preguntarse si en vez de talante progresista no es reminiscencia de tantos y tantos años como ha pasado de catequista y por eso le sale la vena doctrinal y del haz lo que yo diga pero no lo que yo haga.
Desde UGT preferimos no caer en insultos a un secretario general, porque poco, muy poco dice de él recurrir a obras literarias para llamar necio a alguien que no firma un convenio porque rebaja las condiciones laborales de cientos de trabajadores de Albacete, los de Transporte. Me pregunto si ellos entenderán la postura de quien alegremente insulta en una radio a un sindicato, y por otro lado, firma convenios de la mano, en connivencia y al dictado de lo que dicen los empresarios de Albacete.
Por otro lado, parece normal porque es la técnica que llevan usando años, poner la cara amable, criticar como si no lo hicieran y hacerse pasar por minoritarios cuando intentan imponer su hegemonía sindical a lo largo y ancho de la provincia, callando las críticas, silenciando a quien se opone a sus mandatos y utilizando todas las armas en su poder –en Albacete tienen muchas armas- para acallar al sindicalismo moderno, independiente, y dialogante que caracteriza a UGT.
A la UGT Albacete, con más 120 años de historia, se nos insulta, por parte de Comisiones Obreras, tanto si firmamos, como si no firmamos acuerdos y convenios (hay que recordar el convenio de Comercio de Albacete) y alteramos su intención de hegemonía sindical. A UGT se le debe un respeto, que no implica compartir puntos de vista. Esta cuestión se le olvida a De la Rosa, que insulta a quien no comparte sus dictados (el tema era, esta vez, el convenio de Transportes que su sindicato firmó uniéndose a las tesis de la Federación de Empresarios de Albacete, caracterizadas por su visión progresista y en defensa de los intereses de los trabajadores).
Cabe preguntarse quiénes son los amigos del otro sindicato, los trabajadores o FEDA, a juzgar por a quién dirige los insultos y, sobre todo, qué cosas firma: un convenio de Transportes anclado en normativa de hace años, sin incrementos salariales, sin mejoras sociales ni adecuación legal: uno de los peores convenios de Castilla-La Mancha.
Lejos de reconocerlo y mantener la postura que inicialmente compartía con UGT (recordatorio: los representantes de los trabajadores), no me insulta a mí, insulta a UGT porque no firma lo que ellos quieren. Cabe preguntarse si en vez de talante progresista no es reminiscencia de tantos y tantos años como ha pasado de catequista y por eso le sale la vena doctrinal y del haz lo que yo diga pero no lo que yo haga.
Desde UGT preferimos no caer en insultos a un secretario general, porque poco, muy poco dice de él recurrir a obras literarias para llamar necio a alguien que no firma un convenio porque rebaja las condiciones laborales de cientos de trabajadores de Albacete, los de Transporte. Me pregunto si ellos entenderán la postura de quien alegremente insulta en una radio a un sindicato, y por otro lado, firma convenios de la mano, en connivencia y al dictado de lo que dicen los empresarios de Albacete.
Por otro lado, parece normal porque es la técnica que llevan usando años, poner la cara amable, criticar como si no lo hicieran y hacerse pasar por minoritarios cuando intentan imponer su hegemonía sindical a lo largo y ancho de la provincia, callando las críticas, silenciando a quien se opone a sus mandatos y utilizando todas las armas en su poder –en Albacete tienen muchas armas- para acallar al sindicalismo moderno, independiente, y dialogante que caracteriza a UGT.
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