Desde la Federación de Servicios Públicos de UGT Albacete se quiere mostrar el rechazo a los vaivenes del otro sindicato en materia postal, pues si un día manifiestan de manera pública una cosa, al día siguiente, en los centros de trabajo, afirman otra y luego firman con la dirección cualquier otra diferente de las anteriores. En la actualidad tratan de movilizar a los trabajadores de Correos en una jugada política que nada tiene que ver con el sindicalismo serio y la defensa de los derechos de los trabajadores.
Comisiones Obreras asumió la ley Postal del año 1998, catastrófica para el sector postal español, recurriendo a un pacto con el equipo de Gobierno de aquella época, el Partido Popular, dejando a un lado la unidad sindical a la que suelen recurrir según el momento les interese. En la misma línea, suscribieron el II Convenio de Correos en solitario, uno de los peores convenios que se recuerda y no ha hecho sino perjudicar el sistema postal español y a los trabajadores y trabajadoras del mismo.
Con su comportamiento están provocando el desmantelamiento del diálogo social en Correos, y ha asumido y aceptado la flexibilidad en el despido para el personal laboral, por ejemplo. Hay que recordar que en aquellos momentos toda la representación sindical estuvo en contra de las teorías populares, salvo el sindicato que finalmente cedió a la firma, Comisiones.
En doce años ha impulsado el desmantelamiento de los procedimientos de ingreso y contratación, ocasionando un tremendo caos y dificultando la entrada de manera igualitaria, con transparencia y equidad, auspiciados en la idea de que en breve el servicio sería privatizado cuando lo que realmente estaban haciendo era potenciar dicha liberalización. De hecho, en fechas recientes, Comisiones en un foro público alimentaba la idea que de “no había que tener miedo a la liberalización y la privatización”, lo cual da muestras de este doble rasero y doble punto de vista. Por supuesto, siempre sustentados en su mayoría sindical, sin importarles los derechos de compañeros que puedan quedar por el camino.
Ante la puesta en marcha de la directiva europea, UGT solicitó al Ministerio de Fomento una reunión de los agentes sociales a la cual CCOO se negó afirmando que sería un gallinero. Mientras, en las diferentes provincias, instan a los trabajadores a salir a la calle a manifestarse contra una directiva europea. Es decir, de cara a la opinión pública una cosa, pero en la negociación y el diálogo, nada. Tratan de movilizar a los mismos trabajadores a quienes impusieron la desmovilización cuando la Unión General de Trabajadores y el Sindicato Libre propusieron las movilizaciones hace un par de años.
Cabe destacar que los responsables del otro sindicato han recibido instrucciones claras de que las movilizaciones de trabajadores y trabajadoras se deben centrar, sobre todo, en aquellas ciudades españolas que acojan reuniones de la Unión Europea, aprovechando la presidencia española. Es decir, un ejercicio claro de márketing y lavado de cara, en vez de defender a los trabajadores donde hay que defenderlos.
Desde la Federación de Servicios Públicos de UGT se quiere remarcar la diferencia de estilos sindicales, puesto que UGT siempre va de cara, tiene un estilo diferente, no cambiante según los intereses políticos de un yupi ególatra ni de quién se siente en la mesa de enfrente. Y sobre todo, sin dañar los derechos de los trabajadores y trabajadoras de Correos.
Comisiones Obreras asumió la ley Postal del año 1998, catastrófica para el sector postal español, recurriendo a un pacto con el equipo de Gobierno de aquella época, el Partido Popular, dejando a un lado la unidad sindical a la que suelen recurrir según el momento les interese. En la misma línea, suscribieron el II Convenio de Correos en solitario, uno de los peores convenios que se recuerda y no ha hecho sino perjudicar el sistema postal español y a los trabajadores y trabajadoras del mismo.
Con su comportamiento están provocando el desmantelamiento del diálogo social en Correos, y ha asumido y aceptado la flexibilidad en el despido para el personal laboral, por ejemplo. Hay que recordar que en aquellos momentos toda la representación sindical estuvo en contra de las teorías populares, salvo el sindicato que finalmente cedió a la firma, Comisiones.
En doce años ha impulsado el desmantelamiento de los procedimientos de ingreso y contratación, ocasionando un tremendo caos y dificultando la entrada de manera igualitaria, con transparencia y equidad, auspiciados en la idea de que en breve el servicio sería privatizado cuando lo que realmente estaban haciendo era potenciar dicha liberalización. De hecho, en fechas recientes, Comisiones en un foro público alimentaba la idea que de “no había que tener miedo a la liberalización y la privatización”, lo cual da muestras de este doble rasero y doble punto de vista. Por supuesto, siempre sustentados en su mayoría sindical, sin importarles los derechos de compañeros que puedan quedar por el camino.
Ante la puesta en marcha de la directiva europea, UGT solicitó al Ministerio de Fomento una reunión de los agentes sociales a la cual CCOO se negó afirmando que sería un gallinero. Mientras, en las diferentes provincias, instan a los trabajadores a salir a la calle a manifestarse contra una directiva europea. Es decir, de cara a la opinión pública una cosa, pero en la negociación y el diálogo, nada. Tratan de movilizar a los mismos trabajadores a quienes impusieron la desmovilización cuando la Unión General de Trabajadores y el Sindicato Libre propusieron las movilizaciones hace un par de años.
Cabe destacar que los responsables del otro sindicato han recibido instrucciones claras de que las movilizaciones de trabajadores y trabajadoras se deben centrar, sobre todo, en aquellas ciudades españolas que acojan reuniones de la Unión Europea, aprovechando la presidencia española. Es decir, un ejercicio claro de márketing y lavado de cara, en vez de defender a los trabajadores donde hay que defenderlos.
Desde la Federación de Servicios Públicos de UGT se quiere remarcar la diferencia de estilos sindicales, puesto que UGT siempre va de cara, tiene un estilo diferente, no cambiante según los intereses políticos de un yupi ególatra ni de quién se siente en la mesa de enfrente. Y sobre todo, sin dañar los derechos de los trabajadores y trabajadoras de Correos.
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